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¿Tú también buscas la felicidad? No eres el único/a, todos lo hacemos, yo llevo casi cuatro décadas con ello. Muchas veces encuentro momentos de felicidad. Este fin de semana he podido desconectar, dejar a un lado una parte del estrés que se va acumulando, la mayor parte de las veces sin darme cuenta. Ayer cuando meditaba a primera hora de la mañana me daba cuenta de lo poco que necesitamos para ser felices, de la delgada y fina película que separa nuestro «yo actual» de tu «yo más feliz». Hoy lunes, reflexiono sobre esta idea de buscar la felicidad, algo que tanto les trae de cabeza a los seres humanos. Desde que la lógica y la razón existen, nos hemos preguntado por la felicidad, sus orígenes, el camino para llegar a ella…
Por cierto, hablando de felicidad, el viernes pasado lo pasé en grande con muchos lectores de este blog, clientes y conocidos en el seminario «Los 7 Errores que cometemos al vender…y cómo evitarlos». Me gustó conocer más de cerca a muchas de las personas que habitualmente están por esta bitácora, a Alberto (que vino con su mujer), a José Luís, a Mónica, a Vigela, María y a muchas más personas, todos ellos profesionales interesados en mejorar su capacidad comercial y en seguir creciendo y evolucionando. Vinieron personas de Madrid, Zaragoza, Alicante, Castellón y Valencia. Fue todo un lujo teneros como audiencia, me quito el sombrero, ¡Gracias! Os dejo algunas fotos del evento.
Volviendo al tema que nos ocupa, ¿Cuál es la meta última del ser humano? Cada persona podría contestar una cosa distinta: la autorrealización, servir, amar,… y casi todas ellas convergerían en decir que la última meta es la felicidad.
Me gusta la visión budista de la felicidad, lo que llaman la felicidad absoluta. No una felicidad efímera, que se escapa de las manos tan pronto como tu coche nuevo ya tiene dos meses, ha pasado un año desde que tienes tu nueva casa o desde que has conseguido ese puesto de trabajo que tanto ansiabas. Los budistas hablan de una felicidad que no podrás encontrar lavándote el pelo con un nuevo champú, conduciendo un BMW o triplicando tus ingresos.
Estamos demasiado acostumbrados a buscar la felicidad fuera de nosotros, en lo que nos rodea. Nuestra infancia tuvo mucho que ver, siempre había un premio, una recompensa, un algo que te haría más feliz. No se nos enseñó a aceptar y a disfrutar del presente… a quedarnos absortos mirando una puesta de sol, viendo como juegan los gatos o cómo crece una flor. Nuestra vida está llena de impactos de todo tipo y vamos por ahí como pollo sin cabeza…
…nos pusieron palos con zanahorias colgadas delante de los ojos y nos pusimos a caminar pensando en el premio.
Es curioso como el materialismo ha entrado en nuestras vidas, y a día de hoy es nuestra forma de vida, tanto tienes tanto vales. Si preguntamos a muchas personas qué les haría más felices, nos encontraremos demasiadas respuestas relacionadas con lo material, con la casa, con las posesiones, con los títulos… pero ¿qué es lo más importante para estas personas? ¿No es al fin y al cabo la felicidad?. Entonces no la van a encontrar en nada que sea material.
Sólo nos damos cuenta de lo más importante cuando estamos a punto de perderlo. Si mañana mi coche cayera por un barranco (sin nadie dentro) me sentiría mal durante dos o tres días, pero si uno de mis seres queridos faltara, la herida duraría para siempre… Al igual nos ocurre con la salud.
Sin embargo, mi reflexión de ayer iba un poco más allá, ¿y si ya fueras feliz?, ¿y si no nos damos cuenta de nuestra felicidad?… ¿se nos ha enseñado a pensar que no somos felices cuando en realidad sí que lo somos?
Deja de buscar la felicidad, ya la tienes
En realidad no hay nada que no te deje ser feliz. Podemos decir que cada uno de nosotros decidimos sobre nuestra propia felicidad, sobre el estado último en el que queremos encontrarnos. Y lo mejor de todo es que ese estado no lo deciden otros, lo decides tú. Es cierto que hay millones de personas que pasan por miles de injusticias, no voy a entrar en este tipo de situaciones y a decirles «¡si ya sois felices!» No se puede hablar desde la barrera, y yo no soy quien para dar consejos tan profundos.
Mi consejo va hacia ti, que lees este blog, que tienes cierto grado de autonomía en tu vida, que decides qué pensar y qué no. Tú ya eres feliz. Otra cosa es que no lo quieras ver, que no quieras reconocerlo, que no te des cuenta de todas las cosas maravillosas que cada día pasan frente a tus ojos.
Pero la felicidad no está lejos, la tienes al alcance de tu mano. La felicidad está en esa sonrisa de un cliente, en tener la posibilidad de decidir qué hacer con los próximos diez minutos, en poder ser consciente de ti mismo/a ahora mismo, en levantar los ojos y ver como brilla el sol a través de la ventana, en poder llamar a alguien y decirle que lo echas de menos, o en llamar y no decirle nada, pero echarle de menos. La felicidad está tan cerca…
El marketing se pasa de la raya cuando te dice que la felicidad está detrás de sus productos o servicios. Cuando te trata de convencer de que eres un piltrafilla, y de que lo seguirás siendo hasta que no conduzcas ese coche, lleves esa ropa, o hables por ese smartphone. Echo de menos un marketing más puro, uno que te diga «No serás más feliz con este coche, es tan sólo un coche, la felicidad es mucho más». Sería rompedor, y muchas personas se sentirían atraídas por tanta autenticidad. Hay más ejemplos:
- «este teléfono no te ayudará a tener más amigos, tan sólo te ayudará a conectar con ellos cuando lo necesites«,
- «este champú no te hará sentir un orgasmo. Tu pareja sí».
Con el tiempo uno va descubriendo lo que le hace feliz. Y puede estar casi seguro de que la felicidad no depende de nada que esté por ahí fuera. Ni títulos, ni coches, ni casas, ni parejas, ni más amigos… la felicidad eres tú. Tú eres felicidad, y no puedes desprenderte de ella. Repito:
Tú eres felicidad y no puedes desprenderte de ella.
¿Lo puedes negar? no puedes porque tu esencia es felicidad, porque tu naturaleza es pura, auténtica, todo el misterio, maravilla y belleza del universo se concentran en ti ¿lo vas a negar?…¿y si ya fueras feliz?
Que tengas un gran día.
PD: Hay una lectura que te ayudará mucho con esto de la felicidad. La escribío un superviviente al exterminio nazi, Victor Frankl «El hombre en busca de sentido». Es uno de esos libros que hay que leer una vez en la vida.
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