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La confianza es un factor clave para la mayor parte de nuestros éxitos en nuestro entorno profesional y personal. Una de las competencias clave en la mayor parte de profesionales es la toma de decisiones. Si por algo se carateriza un puesto de responsabilidad en una empresa es por su capacidad tomar decisiones: respons-habilidad, la habilidad de dar respuesta. La confianza en uno mismo (autoeficacia) está muy unida al liderazgo.
Si no estás tomando decisiones no estás dando una respuesta, no estás siendo hábil para responder a lo que la vida te está poniendo delante. A veces, profesional o personalmente, nos encontramos en situaciones de bloqueo, que también tienen un sentido propio, la maduración, la preparación de la persona para asumir las consecuencias de una decisión importante y relevante.
Creo que la toma de decisiones y la confianza son factores íntimamente relacionados, lo uno debe ocurrir con lo otro. La confianza es una palabra que está del lado del acercamiento, de la fe, de la entrega, cuando no confiamos no estamos entregándonos a la vida, no estamos siendo consecuentes con un principio universal y único: el Amor. De hecho podríamos decir que la confianza es una expresión del amor. Y la confianza hacia uno mismo, es la expresión del amor hacia uno mismo. Cuando no confiamos en nosotros mismos no nos estamos amando, valorando ni respetando.
¿Y si no hay confianza qué hay? Decía Anthony de Mello «Lo contrario del amor no es el odio, lo contrario del amor es el miedo. El odio es sólo una consecuencia del miedo». Así es, si no hay confianza hay miedo, si no hay amor hay miedo. Quizás sean estos nuestras dos únicas pulsiones más innatas: Amor y Miedo:
- Amor: la búsqueda de la felicidad, del otro, de pertenecer, de ser reconocido…
- Miedo: El miedo a no pertenecer, a ser rechazado, a no encajar…
Por este motivo, el miedo suele ser un indicador de falta de amor hacia algo, en el caso de la toma de decisiones, el miedo nos indica que no nos estamos valorando lo suficiente. Aún así, hay un miedo natural y sano, normal, que todos nos encontramos a la hora de tomar decisiones, pero este miedo va más allá del miedo paralizante, de bloqueo que muchas personas viven en su día a día.
No siempre somos capaces de entender los mensajes de la vida, pero lo que la vida no está pidiendo es capacidad para dar respuesta a aquello que se nos ponga delante. Quedarse quieto es perder vitalidad, energía y vida ¿hasta cuándo seguirás bloqueado/a?. Avanzar es crecer y evolucionar. Si no estás tomando decisiones, no estás viviendo al compás de la vida.
Espero que no decaiga tu confianza en este año que empieza, y que nos veamos en el camino, tomando decisiones.
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