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Buenos días, ¿Cómo estás? Espero que todo te vaya muy bien. Yo esta semana subiéndome de nuevo al tren de la productividad y como no podía ser de otra forma trabajando mucho para lograr objetivos. Como sabes, hemos estado en varios proyectos por Andalucía estos días, espero hablarte de todo ello pronto, aunque antes que nada los informáticos tienen que solucionar algunas incidencias que han ocurrido con la carga de imágenes en el blog. Quería pedirte disculpas por esto y porque ayer aunque se publicó una entrada (la tienes aquí), y seguramente no te llegaría el aviso, otra de las incidencias que han ocurrido. Estamos solucionándolo durante el día de hoy, ya sabes… la tecnología…. En estas dos semanas he reflexionado bastante sobre la idea de superar el fracaso, y quería contarte algunas cosas…
En primer lugar, y si eres de los que les gusta la PNL (sé que muchos coaches siguen este blog), seguro que dices aquello de «César, no hay fracaso, sólo feedback», que sepas que estoy de acuerdo contigo, el lenguaje condiciona la experiencia que sentimos, y no es lo mismo llamarlo fracaso, que error, que aprendizaje… Aunque a mi me también me apasiona todo lo relativo a la forma en la que utilizamos el lenguaje, el fracaso no me importa llamarlo fracaso, es más dramático, y a veces desde ahí se puede uno trampolinar hacia el éxito. Es algo así como «¡Ups! he metido la pata. ¿Y ahora qué?».
Por cierto el verbo «trampolinar» no creo que exista en ninguna lengua, me ha surgido sobre la marcha.
Creo que todos tenemos derecho a fracasar unas cuantas veces, e incluso a hacerlo bien. Uno no conoce de todo lo que es capaz hasta que ha metido la pata hasta el fondo. Quizás el problema no sea tanto tropezarse con una piedra una o dos veces, sino encariñarse con ella. Yo soy de los que pienso que si los mismos problemas tienden a repetirse en tu vida, es que el problema lo tienes tú, es decir, que más vale que vayas pensando en cambiar o te seguirá pasando lo mismo hasta que aprendas algo significativo.
Hace poco ponía este estado en Facebook. Por cierto, ¿todavía no nos seguimos en Facebook?:
La cuestión es que el fracaso puede ser tu mejor aliado o tu verdugo, y es una decisión personal si queremos que sea nuestro trampolín al éxito o el veneno que acabe con nuestras vidas.
Hay personas a las que un fracaso les afecta muchísimo, se quedan acurrudadas durante demasiado tiempo, se meten en el caparazón muchos días hasta que vuelven a sacar la cabeza. Sin embargo, hay otras que van por la vida fracasando como el que mira la pantalla del móvil, les da lo mismo.
Mi punto de vista es que el fracaso está ahí para enseñarte cosas, para que puedas aprender algo de lo que has hecho bien o mal y puedas hacerlo de forma diferente la próxima vez. Fracasar fracasamos todos, lo importante es qué haces para superar el fracaso.
Sobreponerte a las dificultades, tener una actitud incansable hacia el éxito, no desfallecer, continuar intentándolo, son competencias personales que no nos han enseñado a la mayoría de nosotros.
En ocasiones se nos ha inculcado la idea de que somos unos «fracasados» y la llevamos con nosotros como un San Benito, colgado de nuestro cuello, un peso demasiado grande para el niño que escucha esas palabras de su padre o su madre cuando es pequeño.
Lo más importante es tu tiempo de reposición tras un fracaso. Todos nos sentimos mal cuando no hacemos las cosas bien, cuando no salen como a nosotros nos habría gustado. La clave es precisamente tener el valor de rearmarse, de empezar de nuevo, de no desfallecer.
Creo que tenemos que recuperar la confianza en nosotros mismos, y nuestro sentimiento de valía, más allá de los fracasos y los éxitos que tengamos.
El éxito es algo muy peligroso (lo decía en este post), casi más que el fracaso. El éxito nos hace emborracharnos de felicidad, altanería y orgullo.
El fracaso, si lo sabemos gestionar, nos mantiene humildes, insistentes y decididos hacia el objetivo.
Te desearía que tuvieras muchos éxitos, pero sinceramente también te deseo que tengas unos cuantos fracasos, porque gracias a ellos conocerás lo que es el dolor, la pérdida, el vacío y la desesperación. Cuando seas capaz de salir de ese pozo en el que te has metido, entonces te encontrarás un poco más fuerte para conseguir el éxito.
He tenido muchos fracasos en esta vida, y desde la distancia (y con cierta dificultad) puedo decir que estoy orgulloso de cada uno de ellos, he perdido bastante dinero en proyectos que no funcionaron, alejé a muchas personas de mi lado, no escuché, no comprendí, no supe hacer algunas cosas bien. De todos mis fracasos aprendí algo, forman parte de mi, y también de lo que soy ahora. No quiero dejar de fracasar, eso significa que lo estoy intentando.
Que tengas un gran día.
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