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El día a día que vivimos nos va poniendo a prueba, y ante cada situación, tú decides una de las dos opciones: sufrirlo o disfrutrarlo. Creo que lo que marca la diferencia en la vida de uno es con qué actitud afronta todo…
¿Qué hace a unas personas más felices que a otras?
¿Por qué Bután es el país con mayor indice de felicidad del mundo? ¿Es debido a todos los bienes materiales de los que disponen? ¿Es debido a tan buen tiempo? No creo.
Y ¿Por qué en Colombia la gente se siente tan feliz? ¿Es debido a que ya están saliendo de la trágica historia dictada por el terrorismo? Bueno, es algo demasiado reciente, la verdad.
Las personas no son felices porque las cosas les vayan más o menos bien, porque tengan más o menos bienes materiales, ni tan sólo porque hayan cumplido con sus necesidades básicas, de estabilidad y de pertenencia:
Las personas son felices porque deciden serlo.
Sufrir o disfrutar, that is the question
La cuestión es que nos van ocurriendo cosas, vamos acumulando experiencias cada día y con ellas sentimientos. Y queramos o no, uno las puede sufrir o las puede disfrutar. Preguntando a dos personas por el mismo tipo de día nos podemos encontrar con dos relatos distintos. Ejemplo:
Individuo 1: «Ayer fue un día de mucho trabajo, me levanté demasiado temprano y encima tuve un problema al arrancar el PC en la oficina. Luego todo el día fui como loco de un lado para otro. Además, no conseguí hacer deporte. Fue un desastre de día».
Individuo 2: «Ayer fue un día tremendo, desde bien temprano estuve trabajando. No paré en todo el día y saqué mucho trabajo adelante. Aparecieron dos oportunidades comerciales nuevas que vamos a estudiar».
En la medida en la que hablamos de la vida estamos diciendo a los demás cómo de felices somos.
Si en tu relato existe sufrimiento, estás haciendo de todo menos disfrutar.
Hace unos años un amigo me dijo «César, siempre que te pregunto como estás me dices: …ya con ganas de tomarme unas vacaciones». Me hizo reflexionar sobre la importancia de disfrutar del momento. Algo que por aquel entonces yo no estaba haciendo lo suficiente. Cambiaría mucho si mi respuesta fuera «Estupendamente» o como me dijo alguien el otro día «Efervescente». Pues eso, creo que es mejor sentirse efervescente que «ir tirando» como dicen algunos.
La cuestión es que hagas lo que hagas, repito «hagas lo que hagas», puedes pasarlo bien o puede ser el martirio de tu vida.
Cuando estuve hace unos meses trabajando en Lugo, a las 7:00 a.m de una fría mañana de invierno en la que llovía, un barrendero limpiaba las calles. Y mientras lo hacía silbaba. Estoy seguro que dos manzanas más allá había un barrendero diciendo «Me cagüen tó, vaya día más malo hace, y yo aquí barriendo!». Esta experiencia me hizo reflexionar sobre la importancia de la actitud en la vida.
No puedes echar la culpa a un agente externo de que no seas feliz. Seguramente no sea así. Quizás pienses que porque:
- Te has separado.
- Tienes una enfermedad.
- Estás sin blanca.
- Tu empresa va a cerrar.
- Te han despedido.
- …
… no eres feliz.
Pero el ciclo no funciona de esa forma. Hay personas que están viviendo estas características y son felices.
Y hay otras que, teniendo todo lo que un ser humano normal diría que necesita para ser feliz, son infelices.
Por eso la felicidad no es un algo, es un cómo. No es un «Como tengo todo esto soy feliz», sino un «soy feliz» a secas.
Pero claro, esto es complicado de aprender. Para mi al menos lo es. Voy dando pasitos poco a poco. Desde hace tiempo, cuando me preguntan «¿Cómo estás?» digo «Estupendamente» aunque si estoy muy motivao entonces debería decir «Efervescente», que mola más.
No había caído, la felicidad es… felicidad. Y punto.
Que tengas un gran día.
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