Liderazgo

Necesitamos líderes emocionalmente inteligentes

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    Esta semana hablaba con una persona de su puesto de trabajo actual, y de la capacidad de su jefe para conectar con los demás, construir lazos, y trabajar en equipo. Reflexionábamos sobre la importancia de los líderes emocionalmente inteligentes, y sobre sus resultados, algo que cada día más necesitan las empresas…

    Líderes que sienten, expresan y construyen con emociones

    Son muchos los estudios que demuestran que el éxito profesional de un líder depende de dos factores básicamente.

    1. Razón. El conocimiento del puesto, el expertise en la materia en sí y la capacidad analítica.
    2. Emoción. La capacidad de hacer que las cosas ocurran gracias a las personas, siendo capaces de gestionar las emociones propias y las del grupo para conseguir resultados comunes.

    Dicen algunos estudios incluso que un porcentaje alto del éxito profesional (75%) depende de las competencias emocionales de una persona, es decir, su autoconocimiento, autogestión y gestión de las relaciones con los demás.

    En una sociedad en la que todo se construye a través de los demás, por y para los demás, tiene sentido que el éxito profesional dependa ampliamente de nuestra inteligencia emocional.

    Antes de continuar leyendo el post, puedes verme hablando de este concepto en un video:

    El problema es que en muchas empresas el mensaje no ha calado, y todavía miden a los líderes por su capacidad analítica, no siendo conscientes de que por mucho que uno tenga un IQ (Intelligence Quotient o Coeficiente Intelectual) altísimo, si tu EQ (Emotional Quotient) no es alto también, el fracaso estará asegurado.

    A corto plazo muchas empresas suelen optar por la vía rápida y promocionar o seleccionar a la persona más analítica, pero a largo plazo lo que les conviene es un perfil con una buena parte lógica y racional mezclada con una alta inteligencia emocional, eso asegura el éxito.

    Cada año veo como varios directivos se quedan sin trabajo porque eran tremendamente inteligentes con la razón, y tremendamente torpes con el corazón, y acabaron fuera de su empresa. Tiene sentido si no se manejaban bien en las relaciones con los demás: clientes internos, externos, superiores, consejos de administración, etc…

    Y si no conectas, entonces olvidémonos del verbo liderar .

    Es decir, que hoy en día, o eres emocionalmente inteligente, o puedes ir olvidándote de tener mucho éxito en la dirección de equipos.

    A no ser que te llames Steve Jobs, seas un visionario de narices y diseñes el iPad del futuro, para el resto de líderes no nos podemos perder lo que aportan las competencias emocionales a un equipo.

    Aquí tienes un resumen de las principales competencias emocionales en el trabajo definidas por Goleman.

    En definitiva aportan todo lo importante en un equipo: conexión, implicación, creatividad, compromiso, confianza, transparencia… ya que de la calidad de las relaciones humanas que mantenemos en el puesto de trabajo dependen los resultados en una gran parte.

    De ahí que las mejores empresas le hayan hincado el diente hace tiempo a la inteligencia emocional aplicada al puesto de trabajo y desarrollen en sus líderes y profesionales estas competencias.

    No hace falta complicarse mucho la vida con este concepto, puedes olvidarte de tecnicismos y reducirlo a palabras tan sencillas como «escuchar a los demás», «tener paciencia», «ser optimista», «trabajar para el bien común», «ser sensible a lo que necesitan los demás», y otras cosas que son de cajón. Pero que desgraciadamente en muchos casos no existen dentro de la realidad de algunas empresas.

    Que tengas un gran día.

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