Gestión del tiempo

Los límites de la conciliación laboral se han desdibujado

Por

Índice [Ocultar]

    Estas son las estadísticas de mi día de hoy, un Domingo en el que tenía que trabajar sobre diferentes proyectos en los que estoy involucrado con nuestros clientes. He acabado el día siendo bastante productivo (89% de productividad), pero también comprobando como la reciente situación social y sanitaria que hemos vivido, ha desbidujado los límites de la conciliación laboral ¿no te parece?

    Estos eran mis datos. Por cierto, si te parece interesante la metodología que acabas de ver en la imagen, forma parte de mi forma de entender la gestión del tiempo y productividad personal (en este caso la productividad diaria) que encontrarás en el curso online EXPERTO EN PRODUCTIVIDAD SEMANAL Y DIARIA de César Piqueras Academy y que puedes empezar hoy mismo si te matriculas.

    Esto, que para muchos puede ser visto como una desgracia (trabajar casi 9 horas un Domingo), para mi es algo que merece la pena estudiar, investigar y también celebrar.

    «Cuando hablamos de nuestra actividad profesional, uno tiene que partir de la base de que te tiene que gustar tu trabajo. Si tu trabajo te disgusta, dedicarle tan sólo 60 minutos será percibido muy negativamente».

    Los nuevos límites de la conciliación laboral

    La cuestión es que los últimos doce meses han hecho que todos aquellos que teletrabajaban pudieran dedicar parte de su tiempo libre al trabajo y viceversa, fundiendo los límites que existían entre vida y trabajo. En muchas ocasiones esto ha sido bastante incómodo para muchos profesionales y familias. Me recuerdo cuando Mark tenía cinco semanas y Noa tres años, intentando hacer que mi día de teletrabajo pareciera un día productivo…

    Pero más allá de la situación pandémica que hemos podido vivir, lo cierto es que los límites se van a borrar cada vez más, y tiene sentido. Especialmente para trabajadores que tienen autonomía sobre cómo realizar su trabajo, por no hablar de cualquier autónomo o empresario.

    También es cierto que algunos apuestan por todo lo contrario, por semanas laborales estancas, de cuatro días como se empieza a decir por algunos lados. Todo depende del tipo de trabajador, de empresa… pero no lo veo en la mayoría de casos para trabajadores que tengan autonomía, ambición, salarios unidos a resultados.

    Debemos partir de la base de que fuera de las líneas de producción cada vez es más difícil hablar de horarios y más fácil hablar de responsabilidades: «Esta es tu responsabilidad, cuando lo hagas nos trae sin cuidado», es el mensaje que parecemos oir cada vez más para una gran parte de puestos de trabajo. A mi al menos me gusta pensar así, no se trata de cuántas horas trabajo, sino de cuántos resultados consigo.

    Esta semana dedicaré unas 12 horas a la dirección de obra de nuestra nueva casa en horario laboral, un tema 100% personal. Por cierto, quedan muy pocas semanas para estar allí y ya se empiezan a ver rincones muy bonitos como este. Estas horas las robaré a mi tiempo de trabajo, y claro está que por algún lado (si quiero cumplir mis objetivos) las tendré que compensar. Quizás sean las 12 horas que he dedicado este fin de semana a trabajar…

    Lo cierto es que no debe preocuparnos demasiado que esto haya ocurrido si sabes establecer los límites. Y los límites hay que establecerlos, pero se han desdibujado, y ya no son departamentos estancos, ahora son áreas que comparten.  Tienes diferentes roles y funciones, y se trata de ser excelente en cada una de ellas. Dentro de mi hay un:

    • César profesional.
    • César padre de familia.
    • César marido.
    • César hijo.
    • César amigo.
    • César consigo mismo.

    Dentro de ti seguramente también existen estos y otros roles.

    Cuando hablo de establecer los límites, quiero decir que tengo que hacer todo muy bien, para poder llegar a todo y a todos, igual te ocurre a ti. El problema no es si hoy Domingo me perdí el día con mis hijos, sino si luego puedo disfrutar con ellos de tiempo suficiente otros días, otras vacaciones, otras mañanas, otras tardes, otras noches, tiempo de calidad, y momentos únicos.

    Quizás hago todo esto porque en mi forma de entender el trabajo y la vida no hay límites, todo se funde y todo tiene sentido. Me gusta pensar en exponencial, aportar mucho valor, recibir mucho a cambio y no poner demasiados límites a poder llegar a todo. Cuando decidí, junto a mi mujer, tener doce semanas de vacaciones anuales, fue una apuesta por la familia, decididamente. Cuando decido trabajar una media de entre 3 y 5 horas cada Domingo es una apuesta por lo laboral, decididamente. Cuando me voy un par de semanas al monasterio cada año es por una cuestión de estar conmigo mismo. Todo son apuestas, y nada excluye, todo suma.

    «No importa cuando hagas lo que hagas mientras lo hagas, y mientras atiendas todas tus responsabilidades sintiéndote orgulloso de ello»

    Quizás este artículo no esté pensado para ese tipo de personas que piensan «por lo que me pagan…», «Total, yo no voy a heredar la empresa» o para perspectivas demasiado sindicalizadas. Es para personas que aman su trabajo y disfrutan de lo que hacen, y se sienten retribuidas por ello. Si no te sientes retribuido ¿qué haces perdiendo el tiempo?

    Sin embargo, esta es la realidad para muchos, y una gran parte, en lugar de sufrirla, la disfrutamos. Cada vez conozco más modelos de empresas en los que todas las personas gozan de una autonomía total, en las que lo importante es sacar el trabajo adelante. Eso es muy motivador, si uno está motivado, claro ¿tú lo estás?

    Ahora que los límites de la conciliación laboral se han desdibujado la pregunta es ¿hacía dónde vamos a evolucionar?, ¿se podrá legislar todo esto?… quizás lo mejor sea seguir viviendo disfrutando de todas nuestras áreas y roles, mezclándolas de vez en cuando, disfrutar de lo que hacemos y mientras tanto, tener éxito.

    Nos vemos en la cima.

    SUSCRÍBETE A MI NEWSLETTER
    y recibe nuevas herramientas y recursos