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No es mi intención con este post hablar mal, ni mucho menos menospreciar de algún modo, la forma de trabajar colaborativa, abierta y dinámica que suponen los centros de coworking. Todo lo contrario, tengo buenos amigos trabajando en ellos o dirigiendo este tipo de centros. Más bien me gustaría centrarme en una de las posibles desventajas del coworking para quien es su usuario, especialmente si ese usuario/a es un emprendedor/a.
Y además, la desventaja tiene que ver con las ventas, un tema que como sabes me lleva a escribir muy a menudo en este blog.
En muchas ocasiones el emprendedor se siente sólo/a, busca apoyo, otras personas con sus mismas preocupaciones. En muchos de estos casos, trabajar en un centro de coworking puede ser genial. Ya que nos brinda el calor humano y profesional suficiente, y es algo que recomendaría muchos pequeños emprendedores o personas que no tienen porqué alquilar un despacho fiijo para su negocio.
Además, la riqueza personal, técnica y profesional que existe en este tipo de centros es formidable, y cualquiera disfrutará de trabajar en un lugar así. Cuando he visitado alguno de ellos, te apetece quedarte a vivir allí, buen rollo, dinamismo…
El problema puede venir cuándo tenemos que salir a vender…
El principal peligro es que la persona que está trabajando en un coworking se acomode, que no salga a vender sus productos o servicios lo suficiente, que se acomode con el calor humano y la comprensión que ofrece el lugar.
Es decir, que toda su incomodidad y frustración en lugar de redimirla saliendo a vender como un tigre (o pantera!), la redima tomándose un café más con los compis de la mesa de al lado…
Muchas veces el coworking sustituye a un despacho en tu casa, un lugar mucho más incómodo, sin nadie a quien hablar y en el que te sentirás miserable a la primera de cambio. Por ese motivo saldrás a vender tanto como puedas, a quedar con clientes, a comer con ellos, a escuchar sus preocupaciones, a pisar el terreno de juego… (y no te quedarás en el banquillo entrenando la próxima jugada).
No digo que esto le ocurra a todo el mundo que trabaje en un coworking, sólo quería alertar de este peligro.
Es muy difícil salir de la zona de confort, es realmente difícil vencer a la inercia. Vender es incómodo (de narices!), y por este motivo debemos de tener pequeñas técnicas para no autosabotearnos, para no decir, «bueno, hoy me quedo en la oficina y ya si eso mañana saldré a buscar clientes…»
- No te acomodes, sal.
- No te quedes en la silla, levanta.
- No te tomes otro café con tus compañeros, hazlo con tus clientes.
Qué tengas un gran día.
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