Índice [Ocultar]
Junio y Julio son de esos meses en los que no queda un hueco libre, en los que, como si de las habitaciones libres de un hotel en temporada alta se tratara, los clientes van reservando y solicitando su plaza hasta que no queda una mañana o una tarde libre. Son ese tipo de meses en los que personalmente tengo que tener mucho cuidado con el estrés, ya que tiendo a acelerarme. Jornadas muy largas, muchos proyectos por cerrar antes de las vacaciones de verano. Y claro, entre una cosa y la otra me acelero. Es mi tendencia natural…
Dentro de la personalidad de cada uno, los cardiólogos Friedman y Rosenman, determinaron que una persona puede tener personalidad tipo A o tipo B. Los individuos tipo A son más propensos a padecer estrés, personas más impacientes, ambiciosas y centradas en el paso del tiempo y la urgencia. La personalidad tipo A nos impulsa a trabajar largas horas, realizar varias actividades al mismo tiempo y estar apresuradas.
«La personalidad tipo A está fuertemente correlacionada con el riesgo de padecer enfermedades cardiacas»
Las personas con personalidad tipo B son personas relajadas, pacientes y fáciles de tratar con ellas. No se rodean de metas ambiciosas, ponen el trabajo a un lado, prefieren hacer las cosas con calma que padecer estrés. Son personas menos propensas a padecer enfermedades relacionadas con el estrés.
Personalmente me identifico con ambas, pero en los momentos de más trabajo sin duda soy Type A Behaviour Pattern, y lo padezco, creeme. Gestionar el estrés no es tarea sencilla, sobretodo cuando gestionarlo bien implicaría decir que «no» a muchos de mis clientes. Prefiero realizar un poco más de esfuerzo, hacer lo posible por que todo salga bien, aunque reconozco que a veces paso el límite de lo que es el estrés beneficioso y que me activa de aquel que me perjudica y por lo tanto no me conviene.
Siempre he pensado que la velocidad y la felicidad son inversamente proporcionales. Si quieres ser feliz empieza a eliminar lo que sobra en tu vida, relájate y cálmate, pero no te aceleres. Hace poco escribí sobre esto cuando decía que «no mata la bala, mata la velocidad» De esta forma en mi día a día aplico algunos principios para que, a pesar de que hago unas cuantas cosas, mi vida sea más sencilla, en lugar de más compleja.
Gestionar el estrés simplificando tu vida
La base de la simplificación se basa en hacer menos. Por lo tanto mira a ver qué es lo que no es esencial, lo que no te aporta valor a tu vida, y simplemente no lo hagas.
Elimina aquellas tareas que te estresan y que no son esenciales. Personalmente raras veces voy de compras, me he dado cuenta de que muchas personas utilizan las compras para satisfacer vacíos que no llenan de otra forma. Así hacemos también con el alcohol, drogas, exceso de comida basura y otras adicciones. No piso un centro comercial en fin de semana (y raras veces en otros momentos), eso es fundamental para mi bienestar.
A nivel personal no me comprometo con demasiadas personas. El fin de semana es sagrado, y como tal me gusta que sea lo más simple posible. Es posible que mi mujer y yo uno de los dos días tengamos un compromiso, pero tratamos de que estos sean contados y no ocurran todas las semanas. Pasar sábado y domingo sin conducir, haciendo algo de ejercicio, cocinando y disfrutando de la comida, durmiendo la siesta, leyendo, viendo una película, son de las cosas que más valoramos, son cosas que hacemos juntos y disfrutamos juntos, nos vuelven a conectar el uno con el otro después de una semana intensa de trabajo.
Es posible que pienses «ya, pero esto es un poco egoista, ¿qué ocurre con los demás?» Mi consejo es que aprendas a llenar primero tu copa y después la de los demás.
Repito «Aprende a llenar primero tu copa y después la de los demás» La mayoría de nuestros problemas vienen por querer hacer lo contrario, por decir «sí» demasiado rápido o «no» demasiado tarde.
Las personas que te quieren de verdad, valoran que tú estés entero, feliz y sano. El amor verdadero no agota, sino que nos da alas, somos más felices gracias a él. Si tu relación con los demás no te hace más feliz planteate un cambio en tu vida.
Quien te pida a cambio algo que no puedes darle es porque no te ama tal como eres (cómo desvarío a veces, empiezo hablando de estrés en el trabajo y me paso al amor en un plis plas)
No caigas en la trampa del marketing. Este mundo está pensado para que consumas más de la cuenta, ten cuidado porque puedes acabar consumiendo por ti, por mi y por tres más, y no teniendo tiempo para disfrutar de todo lo que has comprado. Compra lo esencial, vive con lo esencial, lo que más te aporta, no necesitas más. No creas que ningún artículo llenará tu vacío interior, aprende a llenarlo tú mismo, queriéndote, cuidándote, amándote.
Saber que te estás pasando de la raya con el estrés
Así que, como te decía antes, me voy acelerando y lo sé porque:
- Se me amontonan las tareas.
- Empiezo a no ser 100% fiel a mi método de gestión del tiempo (por cierto en Octubre volvemos a hacer este programa que siempre tiene gran acogida).
- Mis pensamientos van más rápido de lo habitual. Tengo 7 ideas en un abrir y cerrar de ojos.
- Es como si el mundo fuera más despacio de lo que a mi me gustaría (cuando lo único que ocurre es que yo voy más deprisa de lo normal).
- Tengo síntomas físicos, músculos que palpitan sin ton ni son, algo más de tensión en la espalda. Exceso de focalización en mis ojos y falta de focalización en mis sentimientos (tiene todo el sentido del mundo, el estrés activa nuestra respuesta pelea-huye).
Sin embargo, me he dado cuenta de que para poder gestionar el estrés debo ser consciente de éste, debo reconocerlo, sentir cómo me afecta para después volver a reconducirme hacia el lugar que deseo de paz y tranquilidad interior. Por este motivo, en este tiempo también estoy llevando a cabo algunas prácticas que me sientan de maravilla.
Buenas prácticas de gestión del estrés cuando más lo necesitas
- Meditación de 2 minutos cada hora de trabajo. Es mi momento Mindfulness, lo puedo realizar en cualquier lugar y me renueva de energía.
- No utilizar la comida como vía para reducir la ansiedad. Sigo comiendo sano, cenando poco y bebiendo té y mucha agua, 1,5 litros al día.
- No comprometerme más de la cuenta con otras personas. Promete poco si crees que no vas a poder cumplir.
- Seguir haciendo ejercicio. Ya que el estrés hay que eliminarlo con actividades que te sienten bien y liberen esa ansiedad acumulada.
- Pensando que me quedan cuatro semanas de trabajo y que el 19 de Junio empiezan las vacaciones (este es el pensamiento más liberador que existe, jeje).
- Disfrutando de lo que hago, pese a que me sienta estresado, sigo pensando que si haces algo durante muchas horas a la semana y no lo disfrutas vivirás una vida muy pobre. Ya que tenemos la suerte de existir ¿porqué no ser felices?
Que tengas un gran día.
PD: Lectura recomendada «La alegría de vivir«, y «Elogio de la lentitud»
SUSCRÍBETE A MI NEWSLETTER
y recibe nuevas herramientas y recursos