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Hoy te quiero proponer un ejercicio, una sencilla forma para ayudarte todavía más a ser tú mismo/a, a conectar con tu esencia. Antes de nada es importante que estés cómodo/a, que te tomes unos minutos para ti y que leas con tranquilidad.
Imagina que acabas de entrar en una casa, tiene un olor característicio, es un lugar que te resulta familiar, aunque no lo sabes ubicar con exactitud. Entras por el recibidor, no oyes ningún ruido y no ves a nadie. Al pasar a través del mismo, ves la puerta de un salón. Te diriges caminando lentamente hacia ese salón.
Al cruzar la puerta, puedes ver un sofá, es un sofá en el que te vas a sentar.
Con tranquilidad, te sientas y te acomodas en un lado del sofá. Te mantienes durante un par de minutos en silencio observando los detalles del salón.
A los pocos minutos, cierras los ojos para descansar durante unos instantes, y para tomar conciencia de todo tu cuerpo.
Cuando abres los ojos, descubres que en el otro lado del sofá hay un niño/a. Ves que lleva puestos unos pantalones que también fueron tuyos, y que junto a él/ella hay un juguete, o un libro, que también te acompañó a ti durante algún momento de tus primeros años de vida.
Algo en su mirada te cautiva, empiezas a reconocer a ese niño/a, que te mira con la timidez propia del pequeño que mira a un adulto.
Ese niño eres tú, cuando tenías pocos años, quizás 4, 6 u 8 años.
Notas como te sientes al tener al lado a tu niño/a interior, al pequeño que fuiste hace ya algunas décadas…
Percibes como algún tipo de sensación recorre tu cuerpo.
Te resulta entrañable encontrarte con tu niño, pero también te resulta extraño, hay cosas que te gustaría decirle y comprender mejor. Ese niño, tiene muchas cosas que enseñarte, pero también tiene preocupaciones, y seguro que algunos miedos y quizás heridas, que seguirán con él hasta la etapa adulta.
- ¿Qué le dirías a tu niño interior?
- ¿Qué mensaje te gustaría transmitirle para los siguientes años de su vida?
- ¿Qué preocupaciones tiene ese niño?
Piensas en los momentos difíciles que vivirá en algunos años, en las personas cercanas a las que tendrá que decir adios quizás pronto, a alguno de sus abuelos, a un padre o una madre, o a un hermano… Vivir de cerca la enfermedad de un familiar o la escasez de recursos en la familia.
- ¿Qué mensaje le podrías dar para ayudarle?
- ¿Te podrías imaginar abrazando y consolando a tu niño interior?, ¿crees que necesita el abrazo que quizás entonces no tuvo?, ¿lo podrías abrazar?
Hazlo. Abraza a tu niño interior.
La vida ha cambiado mucho para ti, y quizás has olvidado que tú también fuiste un niño/a.
- ¿Hay algo que hacías de niño que ahora ya no haces?
- ¿Qué tendrías que recuperar de tu niño interior?
- ¿Qué le preguntaría el niño de pocos años al adulto que hoy eres?
- ¿Estaría orgulloso/a de ti?
- ¿Qué consejos te podría dar tu niño interior?
Toma nota de esos consejos, y llévalos contigo.
Ahora despídete de tu niño interior, con alguna palabra, muestra de cariño o algún gesto que necesites hacer.
Puedes volver a estar con él/ella siempre que lo necesites…
Quizás sea momento de encontrarte con tu niño interior más a menudo, y volver a ser más tú.
Qué tengas un gran día.
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