Enfócate, actua, es tu momento

Antes de empezar el día invierte 10 minutos de reloj en planificar los tiempos y las tareas. Aquí tienes una idea.

Empieza por la tarea más compleja, que menos te apetece y que más quieres dejar para luego…

Céntra tus esfuerzos en hacer una primera parte del día genial, 3 horas de productividad máxima.

Dale más a menudo al botón reenviar.

Aprende a enfocarte, cuando estés con algo no lo dejes hasta que no esté acabado.

Di a esa persona que ahora no puedes.

Delega ésa tarea en alguien.

Piensa ¿es esto lo más importante que tendría que hacer ahora?

Elimina algunas reuniones de tu agenda, te quitan demasiada energía.

Cuando tengas todas las tareas delante de ti pregúntate ¿Qué puedo delegar o subcontratar?

Borra ese email sin leerlo.

Come menos, estarás más lúcido/a.

No tengas avisos automáticos, excepto llamadas de teléfono.

Dale al botón colgar más a menudo. Luego llamarás.

Contesta al email en modo telegrama. Prohibido escribir más de 20 palabras.

Cuando tengas que concentrarte en una tarea pon el teléfono en modo avión y dedícale un tiempo determinado (aquí una técnica).

Crea una regla en tu email, todo lo que no sea importante envíalo a una carpeta aparte o envíalo a la papelera.

Al acabar la semana repasa cuáles han sido tus logros semanales.

Aprende de los aciertos y errores. Cambia algo la semana que viene.

Muévete más, camina, tendrás más energía para el resto de cosas.

Se tú la persona que dirige tu vida, ni los demás, ni la tecnología tendrían que hacerlo.

Haz un gran trabajo en equipo, pero busca las sinergías y la eficiencia. La mayoría de equipos no son eficientes.

Cuando empieces el mes haz un plan de tus objetivos y planifica cuándo se tendrán que cumplir.

Si alguien no te aporta, aléjalo. O díselo. O aléjate.

Y recuerda, tu actitud determina tu altitud. Puedes hacer todo esto con cara de enfado o puedes sonreir y pensar que estás haciendo de tu vida algo maravilloso.

Que tengas un gran día.