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En el día a día de muchos profesionales y empresas, tenemos que hacer elecciones… Quién queremos que sea nuestro tipo de cliente, qué tipos de trabajos elegimos hacer, y un largo etcétera de posibilidades que determinarán nuestro presente y futuro. Elegir los proyectos en los que quieres estar en un arte, pero hay mucho que decir sobre ello…
Por regla general, los consultores y pequeñas empresas se dejan llevar por la corriente del mercado, y acaban abocados a lo que el destino quiera hacer con ellos. A mi me ha costado algunos años darme cuenta de esto, y desde hace un tiempo prefiero llevar el timón del barco.
Uno tiene que saber elegir si no quiere acabar como una cáscara de nuez flotando a la deriva en la inmensidad del océano.
Elegir los proyectos en los que participas hoy es clave para tu futuro
Muy usualmente las empresas y profesionales no saben marcar los límites y empezar a abrir la vía, como si de una ascensión a un pico se tratara. Prefieren ir al rebufo de otros. Esto hace que cuando no tengan a quien seguir se encuentren más perdidos que un elefante en un centro comercial. O peor todavía que si a los que sigues se tiran por un barranco, tu vayas detrás.
Muy personalmente, me gusta decidir en qué proyectos estoy y en cuales no. Y últimamente no estoy en el 50% de proyectos que me proponen. Las razones son muchas.
- Cuando elijo en qué proyectos estar, estoy trazando el futuro.
- Cuando elijo en qué proyectos estar me estoy poniendo en valor.
- Cuando elijo en qué proyectos estar mi ilusión aumenta, mayor autonomía = mayor ilusión.
- Cuando elijo en qué proyectos estar suelo ganar más dinero…
Hay una corriente muy extendida en el mundo de la formación, conferencias o consultoría que tiene que ver con el «todo gratis». Algo así como:
- «Participa en este congreso. No te podemos pagar, pero lo importante no es eso, sino la difusión que puedes hacer…»
- «Te invitamos a dar una conferencia. No pagamos a los ponentes, sin embargo, sí que haremos difusión de la misma y mejorarán su marca personal…»
En este sentido, hace tiempo que me he desentendido de esta corriente. Si no dedico mi tiempo a mi familia, amigos, o a mi mismo es porque voy a hacer algo mejor que esto. Estar dos días fuera de casa para dar una conferencia en un congreso en el que por arte de magia deciden no pagar a los ponentes, no es mejor que estar un fin de semana junto a mi mujer.
En ese sentido, llevo un tiempo aplicando una norma bastante sencilla a la hora de elegir los proyectos en los que participo. Para ello hay que aplicar tres principios:
El del impacto
Una de las variables que tengo en cuenta para tomar decisiones es ¿Qué impacto va a crear este proyecto? No es lo mismo un proyecto que vaya a impactar sobre 20 personas que sobre 500. Hay personas con más capacidad de impacto en sus organizaciones y sobre el planeta que otras.
El de la visibilidad
Aquí la pregunta que me hago es ¿En qué medida este proyecto que hago hoy me estará dando trabajo en un futuro? Hay proyectos que mejoran notablemente tu visibilidad, al igual que algunos clientes.
En ese sentido, mi interés es que cada cosa que hago sirva para ganar dinero en dos ocasiones, una es hoy. Y la otra es un futuro.
Trabajar con ESADE potencia mi visibilidad, por lo tanto me interesa seguir colaborando con ellos. Tener clientes de empresas como Virgin, Harley Davidson, Cambridge University Press también lo hace, por eso sigo aceptando colaboraciones con empresas referentes que piensan en mi para sus necesidades de desarrollo. Asímismo ocurre con otras instituciones o marcas con las que decido colaborar y llegar a acuerdos de beneficio mutuo y a largo plazo.
El del dinero
«Show me the money» sería una buena frase para empezar esta parte. ¿Dónde está la pasta? Esta es la pregunta clave. Si no hay dinero y en cantidad suficiente, no pienses en mi. Esa es la filosofía.
Desde hace 5 años que huyo de las colaboraciones. Es la única palabra con la que tengo un resorte para salir corriendo o huyendo mejor dicho. Cuando la escuches sal corriendo, normalmente quiere decir que tu implicación va a ser máxima (como no puede ser de otra forma) y tu retribución inexistente, o en especie…jeje
Sí, huyo de esas conversaciones que empiezan con…
- -César hemos pensado en tí porque queremos hacer contigo una colaboración
- -¿Una qué?
- Una colaboración…
- …. fiuuuuuu ….
- ¡César, César, vuelveeee!!!
- ….
Uno sabe que de lunes a viernes tiene que facturar X y que mensualmente la facturación tiene que ser Y, para finalmente conseguir que el año sea Z.
¿Cuál es mi filosofía a la hora de cobrar?
Es fácil, crear el impacto que se pretende dedicando los mínimos esfuerzos y cobrándolo cuanto más mejor.
Luego no dirás que no soy transparente. Esta frase implica muchas cosas:
- En primer lugar compromiso. Me comprometo con los resultados «El impacto que se pretende»
- En segundo lugar ecología personal: «Dedicando los mínimos esfuerzos», es decir que no me gusta perder el tiempo.
- En tercer lugar futuro: «Cobrando cuanto más mejor». Con esto quiero decir un precio proporcional a los resultados que una empresa va a obtener. Aplico una filosofía de precios basada en el valor y no en el coste.
Conozco infinidad de consultores que facturan a sus clientes más de 40 horas a la semana a un precio de risa. Solamente consiguen ahogarse más y más, y trabajar más y más, y finalmente en cuanto una empresa les dice: «Hemos pensado en ti para que formes parte de nuestra empresa…» no dejan ni acabar la frase y se cambian de filas buscando el amparo del trabajo por cuenta ajena…
Esa no es mi filosofía. Estoy aquí (entre otras cosas) para ganar dinero. Y no un poco de dinero, mucho dinero. Creo que tiene que ser uno de los motivos principales y razones de ser de la mayoría de empresas y pequeños empresarios, consultores…. Si no te gusta esta frase, revisa tu relación con el dinero. Hay muchas personas que cada día rozan la ruina con la mano, y tú puedes ser una de ellas.
Por este motivo digo que NO a muchos proyectos. Y elijo otros en los que SI estar. Es cierto que llegar a este tipo de razonamiento y de discernimiento me llevó unos años, antes tuve que tropezarme (varias veces) e incluso encariñarme con la misma piedra.
Ahora ya sabes qué me hace elegir unos u otros proyectos: El impacto + La visibilidad + El dinero.
¿Cuál es tu filosofía sobre la forma de elegir proyectos?
Que tengas un gran día
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