El problema del liderazgo paternalista

El liderazgo puede ser de muchos tipos, pero hay una forma de dirigir personas que provoca muchos problemas: el liderazgo paternalista…

Dentro de los diferentes estilos o formas de dirigir personas (aquí los 6 más comunes), los hay más orientados a personas (estilo afiliativo o democrático) o más orientados a resultados (estilo autoritario o timonel). Algunos están más pensados para dirigir a corto plazo y otros más a largo plazo (como el líder-coach o líder visionario).

¿Qué es el liderazgo paternalista?

La misma palabra lo indica, el líder paternalista adopta una actitud muy parecida a la que tendría un «padre» o una «madre» en el sentido más literal de la palabra.

El líder paternalista no quiere que su equipo lo pase demasiado mal. Por este motivo evita trasladarles mucha presión, siendo él o ella la persona que la acumula.

Adopta la postura de ser un líder omnipotente que todo lo puede, alguien que no quiere que se vean sus debilidades y que ante todo protegerá a su equipo de cualquier peligro.

El principal error que comete es que no traslada la responsabilidad a las personas y, por lo tanto el equipo, siempre tendrá un punto importante de incompetencia, por no estar llegando a los estándares de lo que se le pide.

Cuando queremos proteger demasiado a las personas de nuestro equipo cometemos el error de «incapacitarlos».

El líder paternalista acumula mucha presión y estrés, y en el momento en el que esta presión es demasiado elevada, monta en cólera y utiliza expresiones del tipo «me has fallado», «cómo has podido hacerme esto a mí», «con lo que yo hago por ti»…

La comunicación del líder paternalista con su equipo, analizada desde la base del análisis transaccional es la del padre hacia el niño. En este gráfico se pueden ver los tres tipos de perfiles y cómo es la comunicación del líder paternalista.

Cómo se puede observar, cuando un líder trata a sus colaboradores como niños, éstos responden como tales, e incluso puede que tengan respuestas propias de tal rol:

• No asumir la responsabilidad.
• Escaquearse.
• Quejarse.
• Hacerse la víctima.
• Decir «han sido ellos»
• ….

Como puedes observar ser paternalista es muy peligroso para el liderazgo ¡seamos paternalistas con quienes realmente tenemos que serlo! con nuestros hijos, y en la primera parte de sus vidas, cuando aún no tienen el uso de razón para comunicarse con un adulto.

Lo que nos pide el liderazgo es que evolucionemos y que no nos quedemos en un modelo tan arcaico de liderazgo, que te traerá de cabeza y hará que tu empresa pierda dinero como un colador.

El liderazgo para ser auténtico es un ejercicio que se hace entre adultos. El líder, una persona madura y adulta se comunica con sus colaboradores, personas maduras y adultas, que responden como tales. Aquí el gráfico.

El mensaje es: «aquí tenéis todos los recursos, éstas son vuestras responsabilidades, confiamos en vosotros».

Si alguien no cumple con lo que se establece no hay que tratar de protegerlo. Hay que ser claro y honesto: «te has equivocado y éste no es el camino correcto. Esa es tu responsabilidad y cuento con que sepas solucionar este tema».

El líder paternalista trataría de protegerlo, excusarlo o darle una buena regañina, sin embargo, en líder adulto lo que hará es trasladarle la responsabilidad y esperará que la persona la asuma.

Algunas personas están acostumbradas toda la vida a relacionarse con líderes paternalistas y no encajan en su trabajo con líderes adultos, de alguna forma siguen buscando que el líder les proteja, excuse y les solucione los problemas. Esto ocurre en algunos perfiles que, o se adaptan a su líder o acaban saliendo de la organización.

Como puedes observar, estamos hablando de un tema muy profundo, que muchas personas y organizaciones no tienen en cuenta, y que otras sin embargo sí contemplan, desde el proceso de selección hasta en los más mínimos detalles del día a día.

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Que tengas un gran día.