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Pocas personas consiguieron algo de un día para otro. Rafa Nadal no empezó a jugar a tenis a los 15 años, tampoco Fernando Alonso se subió a un monoplaza ya en la adolescencia. Cualquier historia de éxito tiene detrás un largo currículum de esfuerzo, dedicación, compromiso y constancia. Una cosa es tener éxito momentaneo y otra éxito duradero, y creo que el segundo se cocina a fuego lento…
Tener éxito duradero
Si quieres conseguir algo valioso tienes que empezar a considerar ese objetivo una carrera de fondo. Ya sea educar lo mejor posible a tus hijos, escribir un libro, vivir en el lugar de tus sueños, perder 10kg de peso, crear tu propia empresa u otros objetivos, todos ellos los conseguirás después de un constante ir y venir de aventuras y desventuras, de esfuerzos aparentemente en vano, y de pequeños éxitos insignificantes.
Cuando decidí escribir mi primer libro, sabía que tendría que correr una carrera de fondo. El camino se iniciaba en Septiembre de 2006 después de conocer a Robin Sharma en Estambul y finalizaba en Marzo de 2009 al ver mi primer libro en las librerías. Desde entonces siempre ha sido así, cualquier pequeño éxito en mi vida ha ido precedido de mucho tiempo, determinación y constancia. Tampoco es que pueda presumir de éxitos, uno hace lo que puede.
Hay que hacer las cosas porque creemos en el resultado, porque confiamos en que funcionará. Pero no por ello debemos esperar muchos avances. Con el tiempo te das cuenta de que el éxito no es un destino de ningún tipo, es la actitud que tú puedes adoptar ante la vida. Puedes tener una actitud ganadora o puedes sentirte víctima. Lo segundo es muy peligroso.
Te invitaría a que empezaras a cocinar tus objetivos a fuego lento, a que hagas hoy y mañana y todo el mes en el que estamos, pasos muy pequeños que te acercen a tu objetivo.
No ansíes llegar, trata de tener fe en que si te mantienes en el camino llegarás a la meta.
Muchas personas se desesperan, vuelven atrás, tiran la toalla… Pero nadie consiguió nada verdaderamente valioso tirando la toalla.
Lo único que cuenta es cómo de feliz eres, y en qué medida estás disfrutando del camino que recorres. Sino aprendes a disfrutar del entrenamiento, tampoco podrás disfrutar de la carrera.
Mi invitación para ti tiene que ver con empezar a disfrutar del entrenamiento, del camino que tienes que recorrer hasta que consigas algo.
Llegar es lo de menos. Si has realizado el Camino de Santiago alguna vez te habrás dado cuenta de que lo de menos es llegar a Santiago, la sensación de vacío al coger el autobus de vuelta a casa todos la conocemos. La meta no merece la pena. Lo que sí cuenta es caminar, disfrutar de los bosques de hayas de Roncesvalles, del Alto del Perdón y sus molinos de viento, del templo de Eunate, Frómista, Astorga, La Cruz de Hierro, el pulpo de Ezequiel en Mélide. Lo único que cuenta es caminar, ya lo dijo el poeta «Caminante son tus huellas el camino y nada más….»
Si quieres ser grande en algo no pienses en que el éxito te vendrá el año que viene. Empieza hoy a caminar, camina muchos años por el mismo sendero y quizás consigas algo valioso de aquí a unos años.
Hay muchos estudios científicos que nos hablan de que la excelencia se consigue después de 10.000 horas de práctica, empieza a contar cuántas llevas… Mozart, Bill Gates, Paco de Lucía, André Agassi, Los Beatles y otros tantos sabían lo que era conseguir 10.000 horas de práctica. Dicen que la maestría lleva 2.500 horas, pero la excelencia 10.000. Por eso es tan difícil de conseguir.
Encuentra tu pasión, no cuentes las horas, disfruta del camino y desapégate del resultado, practica por el mero hecho de practicar, de hacer lo que te gusta. Algún día, entonces, quizás te acerques al éxito duradero.
Que tengas un gran día.
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