El arte de racionalizar. Reflexiones desde Oporto

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¿Cómo estás? Espero que todo vaya de cine. Yo desperté en Oporto una ciudad magnífica y que se está posicionando como una de las mejores opciones para la realización de eventos y congresos a nivel Europeo…

Había puesto el despertador bastante pronto, quería ir a correr, luego escribir este post y finalmente realizar la conferencia para la que he venido aquí «Cómo la inteligencia comercial mejora tu negocio» con un público de protésicos dentales estupendo, clientes VIP de la marca líder de implantes dentales a nivel mundial.

Es fácil vender algo con valor añadido, por mucho que muchas empresas piensen que hoy día lo determinante es el precio, lo que ocurre que a las personas nos cuesta hacerlo… pero todo se puede aprender. Por eso me motiva mucho esta conferencia, porque hay mucho que enseñar (y ganas de aprender), y aquí mientras escucho a uno de los responsables de la compañía me voy poniendo las pilas, cargando la energía necesaria para disfrutar de compartir con más personas experiencias, conocimientos y buenas prácticas para mejorar nuestros resultados comerciales. Yes we can!

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Mi post de hoy viene motivado por los primeros pensamientos que uno tiene nada más despertarse. Estarás de acuerdo conmigo en que pocas veces damos las gracias por el día que empieza, sino más bien andamos cabizbajos hacia el cuarto de baño pensando, uf…. que cansancio. Sin embargo, este tipo de pensamientos al empezar el día determinan nuestra actitud y resultados durante el mismo.

Creo que a veces (muchas veces) hay que racionalizar, no hay que sentir demasiado, sino más bien pensar y decir «ahora toca, va a ser un día estupendo» porque si uno se pone a notar sus sensaciones a primera hora (6:30) nada más sonar el despertador, se vuelve a enrollar entre las sábanas. Así que no hay que pensar, hay que saltar de la cama, ya que hay tanto por hacer…

Y mientras caminas hacia el cuarto de baño olvídate de sentir, di 3 veces Gracias, gracias, gracias. Es tan maravilloso estar vivo/a…

Es lo que me ha pasado hoy (en realidad muchos días), no me apetecía salir a correr, pero salí. Y disfruté tanto… Creo que la constancia es una de las claves del bienestar y creo que también del éxito de muchas personas.

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No veas lo que estoy aprendiendo de implantes dentales, además ayer tuve la suerte de coincidir en el avión con un asistente a la conferencia que me explicó de lo humano y lo divino. Sin duda que este tema es el futuro de todos, con 80 años tendremos dentaduras estupendas.

Hoy vuelvo a Valencia y mañana estaré en Barcelona, en este caso compartiendo con mi gran amigo Joan Oliva, y subiendo caminando a la Mola de noche para comer butifarra con munxetes (que no se cómo se escribe).  😉

Bueno, voy al stage que ya me toca, I hope to see you soon, enjoy this marvellous day!

PD: Por cierto, la empresa que ha organizado el evento es Attentive, me ha gustado su forma de organizarlo. No quería despedirme sin citarlos por tan buen trabajo.

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4 comentarios en “El arte de racionalizar. Reflexiones desde Oporto”

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