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Hoy quería hablarte del estrés, algo que conozco de cerca, ya que soy de ese tipo de persona que cuando se emociona con su trabajo tiende acelerarse y a considerar que puede con todo, hasta el infinito y más allá. Quería hablarte de disminuir el estrés y sus síntomas…
Después de estos tres días sin escribir, lo primero que tengo que decir es que te he echado de menos. Cuando uno consigue tener ciertos hábitos cuesta mucho no llevarlos a cabo, y más si esos hábitos están relacionados con personas que te importan, en este caso una comunidad de personas que aprecio mucho, entre ellas tú.
Después de estos días de descanso en Sigüenza, he podido recargar las pilas y prepararme para la última cima del año, los meses de Noviembre y Diciembre. Por delante me quedan 6 semanas de muchos proyectos por cerrar, abrir otros nuevos y como cualquier velocista querer acabar el año con una buena marca, lo que en mi caso se traduce a conseguir objetivos de todo tipo. Mi filosofía profesional es hacer un muy buen comienzo, dedicar muchos esfuerzos los primeros meses del año. De esta forma a medida que llegan estas fechas puedes ver que ya el año está conseguido en lo que a indicadores clave se refiere. Y todo esto regulando el estrés…
El estrés como fuente de problemas
Hay situaciones, trabajos, personas, entornos altamente estresantes, a veces nos rodeamos de circunstancias que no son sino bombas de relojería para nuestro sistema cardiovascular, nervioso y salud mental. Estos días de descanso me han servido para tomar perspectiva, para volver a contactar conmigo mismo, y también de una forma todavía más profunda con mi mujer. Aunque tengo que decir que gracias a mucha comprensión mutua y mucho amor, nuestra relación no produce estrés y la conexión hasta hoy se ha mantenido de cine. Dicen algunos estudios que una relación de pareja puede producir mucho estrés, yo en este caso siento lo contrario (me considero muy afortunado).
Las últimas 8 semanas (aquí tienes un resumen de las 4+1+3) habían estado sobrecargadas de tareas, no recuerdo el último día que como hoy estoy escribiendo a las 9:28 de la mañana. Las jornadas de 6am a 9pm se han sucedido durante demasiados días. Por suerte, hoy empiezo a ver la luz y me encamino hacia esa cima que ya veo más cerca.
Sin embargo, por muy sobrecargado que estés de trabajo, no debes dudar nunca de hacer un alto en el camino.
Ya que sin ser capaz de bajar el ritmo, de disminuir el estrés, no conseguirás tener la perspectiva suficiente, ni la alegría, ni la salud mental para dar lo mejor de ti.
Hay que encontrar el equilibrio necesario entre productividad y disfrute. Y si no lo consigues tendrás problemas derivados de la falta de productividad o de la falta de disfrute.
Sintomas del estrés en primera persona
El estrés supone una fuente de síntomas demasiado grande para poder permitirnos. No me gustaría hablarte de lo que dicen los médicos o los estudios, sino de elementos más cercanos a ti, cosas que al igual que a mi cuando me paso de la raya (y espero que cada vez sean menos veces), te pueden llegar a ocurrir:
Temblor en las manos cuando coges algo. Ese tipo de temblor que puedes ver en una persona mayor cuando coge una taza de café con leche.
Intranquilidad. La persona que sufre estrés vive bajo un estado de intranquilidad constante, fruto de la sensación de control que quiere obtener. Esta intranquilidad hace que, por ejemplo, sea muy difícil dormir esa siesta tan sana de 20min después de comer, ya que la mente no quiere perder el control y desconectar.
Exceso de actividad mental. El estrés hace que tu mente tome el control, olvidándose de otras dimensiones de ti mismo/a, como la dimensión física, emocional o espiritual. Este no querer escuchar a otras partes de ti, hace que tengas problemas serios si la situación de estrés se mantiene en el tiempo. Problemas del tipo:
- Físicos: Síntomas que no puedes percibir porque tu mente ha «desconectado» tu capacidad corporal de sentir. Tensiones en el cuerpo, pinchazos, etc…
- Emocionales: Tu «corazón» grita muy a menudo por ser escuchado. Si tu mente grita más que tu corazón y no lo puedes escuchar, acabarás teniendo serios problemas contigo mismo y con tus relaciones.
- Espirituales: La pérdida de sentido. Las personas que han vivido situaciones de estrés prolongadas en el tiempo, acaban teniendo una importante pérdida de sentido, se preguntan ¿para qué todo esto?. Con su consiguiente depresión claro.
El exceso de actividad mental hace que por ejemplo al ducharte no puedas parar de pensar, cuando estás jugando con tus hijos no puedas parar de darle vueltas a algo, cuando recibes un masaje no puedas dejar de pensar… Tu mente ha tomado el control y ahora tienes que volver a conquistar tu cuerpo. Algo que no es nada fácil, ya que la mente puede ser un siervo fiel, pero un amo terrible (la frase no es mía).
Y cualquier hueco, cualquier silencio, cualquier ocasión para respirar y calmarte la evitas mirando tu smartphone, como si allí estuviera la respuesta ¿te suena?
Los músculos se contraen. ¿Qué le pasa a un tenista cuando tiene miedo de fallar? su brazo se encoje. Así le ocurre a todo tu cuerpo cuando está bajo una situación de estrés, te encojes. Sobretodo se encojen los músculos de una parte de ti que es el centro de todo, tu espalda. De esta forma aparecen problemas de cervicales, trapecios, escapulas, etc… Si te duele a menudo la parte alta de la espalda tienes que revisar tu relación con el estrés.
Para mi la tensión en la espalda es el gran indicador de que me he pasado de la raya. Por suerte, mi masajista y quiropráctica Amparo Andrés, me pone en el sitio. Y hablo de ella porque en mi último episodio visité a otro quiropráctico en dos ocasiones (la agenda de Amparo y la mia no congeniaban) y el problema seguía incluso esa misma noche. Finalmente fui a ver a Amparo y me dejó totalmente nuevo. Después de dos semanas la tensión se fue gracias a Amparo y yo volví a recobrar mi energía habitual. Me gusta hablar bien de quien hace un buen trabajo, y Amparo ha recuperado mi cuerpo durante tantas ocasiones que no podría contarlas.
Una muestra de que tienes una zona bloqueada de tu espalda es que al hacer un masaje en ella aparece un enrojecimiento, indicador de que en ese punto «hay tema». Aquí te envío una foto de mi espalda hace unas semanas, indicando los puntos en los que mis músculos más problema tenían (como puedes ver no me manejo con el photoshop, así que la pongo con pecas y todo). Los créditos de la foto son para mi mujer. Me levanté un lunes por la mañana algo tenso como se puede observar:
Estos son algunos de los síntomas que yo he vivido, pero hablando con algunos de mis clientes me encuentro con muchos más temas, que creo que están en una segunda fase, mucho más preocupante.
- Perdidas de cabello en zonas puntuales (no como en mi caso! jeje)
- Psoriasis y otras enfermedades de la piel, urticaria, etc…
- Anginas de pecho (Casi nada. Tengo un cliente que las sufre con tanta ligereza como aquel que le pica un ojo, y además se lo toma a broma).
- Problemas digestivos y transtornos menstruales en las mujeres.
- …
Disminuir el estrés y encontrar una nueva vida
Ahora viene lo importante ¿se puede disminuir el estrés? la respuesta es Sí. No sólo se puede sino que se debe hacer. No hay nada más desagradable que ver como tu vida pasa sin que te puedas dar apenas cuenta porque estás pegado a tu smartphone, reuniones con clientes, hojas de excel, conversaciones estériles con tu jefe, etcétera…
Cuando estás relajado/a tu cuerpo está en un estado de paz y tranquilidad, no existe tensión que no sea necesaria para algo, todo tiene un sentido, todo está en sintonía.
Por este motivo, si reduces tu estrés tendrás la sensación de que entras en un nuevo mundo, un lugar en el que es más fácil vivir. La persona estresada siente que vivir es complicado y que debe de esforzarse a muerte por algo. Yo tengo mis reparos frente al exceso de culto que se está haciendo por la cultura del esfuerzo. Sin embargo, sí que me gustaría vivir en la cultura de lo humano. Siento que está más alineado con el propósito general de cada uno de nosotros en esta vida.
Disminuir el estrés es algo que se puede conseguir con ciertos hábitos, y con una actitud mental hacia la vida personal y el trabajo más relajada. Cultivar la actitud no es fácil, pero para ello sí que es cierto que nos hace falta tiempo.
Si no tienes tiempo de meditar diez minutos al día, ducharte un buen rato con agua caliente cada día, hacer algo de ejercicio o aprovechar para leer un buen libro, es fácil que no te puedas quitar el estrés de tu vida.
Pero no me mientas, tienes tiempo. Lo que ocurre es que no es tu prioridad lo de reducir el estrés. ¿Entonces? Entonces debemos de plantearnos qué nos aporta el estrés, el ir tan liados, el tener tanto trabajo… Muchas veces está relacionado con un sentimiento de reconocimiento. Al no conseguirlo de otra forma, te sientes reconocido/a por todo esto que llevas a cabo, por todo este estrés que padeces.
Quizás la clave entonces sea volver a conectar con un sentimiento de valía hacia tí mismo/a, con una estima hacia ti, sin necesidad de que te la de el trabajo, u otras personas reconociendo el gran trabajo que haces. Ya dije que el trabajo y algunas psicopatologías están muy cerca.
Tú eres valioso/a, ya de por sí. Sin añadiduras, sin logros, sin más ingredientes que tú misma/o.
Ahora llega el momento de plantearnos qué empresa y qué vida queremos tener. Está en nuestras manos.
¿Cómo lo ves?
Que tengas un gran día.
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