Llevo trabajando con cientos de empresas de todos los tamaños durante más de 10 años, he visto cómo algunas de ellas han crecido y otras se han quedado tiradas en la cuneta. Previamente a esto, estudié bien a fondo lo que funciona y lo que no, lo que nos dice la ciencia sobre el arte de dirigir personas, equipos y proyectos. Hoy me gustaría responder a la pregunta ¿cuándo un líder puede ser autoritario?
Ser autoritario no está de moda, de hecho tiene muy mala fama. Estarás de acuerdo conmigo en que un líder primordialmente autoritario provoca desmotivación, conflicto y más problemas. Pero ¿se podría ser autoritario en algunos casos?
Si somos autoritarios muy a menudo generamos un problema grave en nuestro proyecto, pero si nunca lo somos generamos un problema todavía más grave.
De hecho, no recomiendo que ningún líder tenga un carácter autoritario, eso es evidente. Pero ¿podría tenerlo en alguna ocasión para salvar el proyecto? La respuesta es sí.
Ante una crisis grave que puede poner en peligro el propio proyecto, se espera de un líder que tome decisiones, aunque éstas no sean populares o políticamente correctas.
Cuando se ha desatado un fuego en el edificio en el que vives, lo primero que habría que hacer es apagar el fuego:
- Puedes tratar de ser un líder «buena persona», no funcionará. El edificio se quemará mientras tratas de contentar a tus vecinos.
- Puedes tratar de ser un líder «democrático», tampoco funcionará. El edificio se quemará mientras pides opinión sobre qué prefiere la mayoría.
- Puedes mantener las formas, tampoco funcionará. Algunos vecinos necesitan ser desalojados, como sea.
- Puedes preguntar y ser el mejor líder coach del edificio, tampoco sirve. Es una crisis, no una asamblea.
Es evidente que tu imagen como líder está en juego, pero como bien dijo Mandela antes de apagar un fuego importante en el Consejo Nacional de Deportes: «El día en que me preocupe mi futuro como líder, dejaré de estar preparado para dirigir».
Que tengas un gran día.