El Jueves pasado concluí los 630kms del Camino del Cid en dirección opuesta (Valencia – Burgos). Fueron 6 días en bici apasionantes y llenos de vivencias y reflexiones de todo tipo. Pero la reflexión más importante es comprobar, una vez más, que conseguir retos es motivador como lo que más.
El «Camino del Cid 2018» como reto no nació en mi mente hasta unas 6 semanas antes de hacerlo. Hasta entonces había pensado en hacer la Transnevada, una ruta circular de unos 450kms alrededor de Sierra Nevada. Sin embargo, como esta ruta tenía mucho desnivel y yo, en todo el 2018 sólo había subido en la bici un día, decidí cambiar de planes por una ruta con algo menos de desnivel acumulado. Aunque el Camino del Cid cuenta con 8.000mts positivos.
Foto: aquí la mítica figura de Dº Rodrigo Díaz de Vivar en Burgos, sin el cual esta ruta no tendría nombre ni sentido.
Este era uno de mis objetivos 2018 «viaje de 5 días en bici» había anotado en mi cuaderno (aunque en realidad han sido 6). A partir de este, cada año tendrá este reto de forma automática y no lo escribiré en mi libreta de objetivos anuales. Ya van tres años haciendo retos de este tipo y se ha convertido en un hábito, empezar las 7 semanas de vacaciones de verano con una semana en solitario en bici o a pie me pone mucho las pilas para empezar el verano y sobretodo para replantearme qué hacer y cómo hacer mejor las cosas en mi vida y en mi trabajo.
La cuestión es que empecé a preparar este proyecto con ganas y con algo de entrenamiento, fundamentalmente un par de salidas serias en bici, una de ellas con Jesús Sanchís, que siempre me deja con la lengua fuera. Luego todo era logístico y mental. Así que me preparé para ello. En este tipo de retos, lo más importante es llevar la mente bien preparada, no tener grietas sobre tu capacidad ni sobre la ilusión que provoca en ti el proyecto.
Las grietas mentales son uno de los principales problemas de muchas personas para bajarse del tren de sus objetivos. Por este motivo, si algo conviene entrenar bien, es la cabeza. En este sentido, y ya que había conseguido retos similares en el pasado, me encontraba con fortaleza anímica suficiente para estar 6 días pedaleando desde las 6 de la mañana hasta las 3 de la tarde con los descansos pertinentes.
Si quieres conseguir un reto, sobretodo prepárate mentalmente para este. Tienes que preparar tu mente para lo peor ¿Qué pasará si las cosas se ponen muy feas?
Foto: Aquí Albarracín, uno de los pueblos más bonitos de España y por los que pasa el Camino del Cid.
En realidad, hubieron algunos momentos difíciles, sobretodo cada día unos 20kms antes de acabar la ruta, cuando ya llevas unos 90-100kms de bici de montaña realizados por caminos generalmente. Sin embargo identifico tres momentos cumbre de dificiles que fueron.
Cuando uno sale en bici de montaña puede imaginar lo duro que es llevar a cabo una ruta de 100kms, pero si quieres ponerle algo más de realismo, añade 9kg a tu bici, es decir lo que pesan las dos alforjas traseras. Hacer una ruta de este tipo con una bici que pesa 20kg en total es de lo más exigente físicamente. Es como llevar una bici de montaña eléctrica (tan de moda últimamente), pero con la batería descargada al completo.
El día 1. En la ruta Valencia – Barracas. Los últimos kilómetros subiendo el Puerto del Ragudo por la Vía Verde de Ojos Negros fueron de escándalo, reconozco que llevaba media pájara encima. Hacía mucho calor y una subida suave pero constante desde que salí de casa.
El día 3. Saliendo de Albarracín para cruzar una buena parte de los Montes Universales, con mucho viento de cara y con un desnivel considerable los primeros 55kms. La media de las primeras horas del día fue de 13km/h.
El día 5. En el que una vez cumplidos mis 100kms planificados, decidí tirar hacia adelante para acortar así los kilómetros del último día de ruta. De forma que en las dos horas de después de comer, añadí a la ruta 37kms. Acabé el día con 137kms en la mochila, pasando por lugares tan lentos como el cañón del Río Lobos en el que tienes que bajarte de la bici cada 30 segundos para pasar el río una y otra vez.
Foto: Aquí imagen del GPS cuando acabé el día 5 en Salas de los Infantes después de hacer 137kms y unas cuántas horas de pedaleo.
Lo más importante de una vida llena de retos es que la motivación fluye como una fuente, no se detiene. No es que sean imprescindibles, también podría no tenerlos, pero sin duda que son muy relevantes para el tipo de profesional y persona que quiero ser.
La aventura al completo está documentada y durante las 5 próximas semanas irás viendo en mi canal de Youtube un video cada de cada día de ruta. Aquí tienes el primero que ha salido esta semana, con algunas lecciones sobre la adversidad y los momentos difíciles.
Si quieres encontrar más motivación en tu vida, ponte un reto. Antes, durante y después estarás más motivado.
Por otro lado, tampoco te quedes pensando en los laureles si ya has cumplido tu reto, disfruta unos días y planifica el siguiente. Hoy me toca salir a correr bien temprano (son las 6:43 ahora mismo) para el segundo reto del 2018, del que te hablaré en unos días.
Foto: Aquí la piscina del hotel ABBA Burgos, que fue el mejor premio para que mi cuerpo se recuperara como es debido (junto a la morcilla de Burgos, una torrija excelente de postre y un paseo por tan maravillosa ciudad, jeje).
