Cambiar nuestras creencias es posible… si quieres

cambio de creencias

Somos especialistas en condicionarnos, en limitarnos y en fabricar a nuestro alrededor cárceles estupendas. Sin embargo la vida nos enseña que no hay nada inamovible, que nada tiene porque ser siempre de una misma manera. Es posible cambiar nuestras creencias y descubrir nuevas realidades por muy arraigadas que estas estén a nosotros…

Nuestra realidad la condicionamos nosotros mismos. Nuestra forma de mirar al mundo, nuestra forma de comportarnos, crea una respuesta en el entorno que determina (en gran medida) el tipo de experiencias que viviremos, las personas que se acercarán a nosotros, el éxito o fracaso en nuestros proyectos y también la experiencia interna, es decir: cómo nos sentimos.

«No siempre somos conscientes de que en nosotros está la llave para cambiar nuestra realidad»

De hecho, en la mayoría de las ocasiones culpamos al entorno o a otras personas de nuestras desdichas, de nuestra incapacidad por conseguir lo que deseamos. Es entonces cuando nuestro poder personal disminuye. El poder personal es precisamente esa variable que nos habla de la confianza en uno/a mismo/a, del sentimiento de capacidad que tenemos para conseguir las cosas. Las personas con mucho poder personal se sienten más seguras y confiadas para realizar cualquier cambio a mejor en sus vidas.

Podemos cambiar nuestras creencias

Creemos que hay cosas inamovibles, cada vez que nos decimos «esto tiene que ser así», «así se ha hecho siempre», estamos hablando de una de nuestras creencias, de algo que consideramos fijo e inamovible, pero que sin embargo es más flexible que cualquiera de los juncos que puedas ver mientras paseas por la ribera de un río (este mes estoy entrenando las metáforas raras, así que no te extrañes si digo cualquier cosa de este tipo, es una de las cosas que admiro de Haruki Murakami).

cambiar nuestras creencias

Lo peor de las creencias es que son «sentimientos de certeza» y claro, siendo así, a ver cómo cambia uno sus propios sentimientos de seguridad sobre algo. Es por eso que son tan difíciles de mover y que nos hace falta un profundo trabajo personal para lograr pequeños cambios. La buena noticia es que podemos cambiar nuestras creencias, aunque para ello tengamos que estar dispuestos a empezar un largo viaje.

Todo es desafiable

Como ejemplo (banal), hace un par de años compré mi primer libro electrónico y al empezarlo me dije: «Qué experiencia más rara, yo soy de libro de papel, de oler sus páginas… Nunca leeré libros electrónicos«. Este verano, sin embargo, volví a comprar un libro electrónico y lo leí. Fue una de las mejores experiencias de lectura que he tenido. Desde entonces mi forma de ver al libro electrónico ha cambiado, ahora pienso que será mi forma de leer preferente, más cómoda, (sin letras pequeñas en páginas interminables), y más económica. Ya ves, toda la vida acumulando libros y ahora me planteo regalarlos todos, que será algo que empezaré a hacer en los próximos meses. Creo que el futuro de la lectura pasa por ahí, y que además no poseeremos los libros, los leeremos en una especie de Spotify en el que por 9,99$ al mes puedas acceder a todo lo escrito hasta hoy.

Todo es desafiable, nunca digas «esto es así», «esto es así para siempre», «yo nunca…» porque en realidad no lo sabes. Repito:

No lo sabes

No puedes tener la certeza de que algo va a ser de una forma determinada siempre. Quizás este tipo de incertidumbres es lo que hace que la vida sea mágica, no todo está escrito. A los seres humanos nos encanta la seguridad, nos decimos: «siempre quiero vivir aquí», «o nunca haré…»… pero la realidad te demuestra muy a menudo lo equivocado/a que estás.

como cambiar una creencia

No todo está escrito, podemos cambiar nuestras creencias

No todo está escrito, por mucho que a nuestro subconsciente para sentirse seguro le guste decirnos. Y para comunicarse con nosotros nos envía mensajes, órdenes, señales subliminales, diálogos internos demasiado críticos con nosotros mismos. Y al final nos acabamos creyendo que sí, que todo está escrito, que eres como eres y que nunca podrás cambiar, que las cosas «son como son».

¡Al cuerno con todas esas creencias! Si te limita no te sirve, si te impide volar no te vale, si tus creencias te van a hacer más pequeño, más insignificante y van a apagar tu luz, entonces ves pensando en que quizás hay una mejor versión de ti esperándote al otro lado de puerta, ¿Vas a abrirla o esperarás toda tu vida?

No sé si has caido en la cuenta de que en unos años ni tú ni yo existiremos, y digo «unos años» porque nos creemos que la vida es infinita, hasta que nos damos cuenta de que los años han pasado rápido, pero siempre lo hacemos desde el presente hacia el pasado, nos decimos «uf, han pasado 20 años desde que…», «Madre mía, eso fué hace 30 años…», «Caramba, ya tengo 45 años…» Un día la frase será «mi vida ya ha pasado» y esa frase puede ser lo mejor de tu existencia o puede ser lapidaria, pues lo que importa es lo que viene después: A mi me gustaría decir «Mi vida ya ha pasado, y la he disfrutado tanto, que ahora ya puedo echarme a descansar».

Tú mereces una vida plena, forma parte de ti quieras o no, lo llevas en tus genes, todas las personas que te han precedido también la merecían y quizás debamos honrar a todas ellas mostrando nuestra luz, nuestra genialidad, ahora que el tiempo nos ofrece esa oportunidad.

Cambiar nuestras creencias es posible, empieza por cuestionártelo todo, por dudar hasta de ti mismo/a. No te aferres a la seguridad, a querer saber. Dicen que en el camino del TAO no hay que querer saber. Seamos felices en la incertidumbre mientras tanto, y disfrutemos (mucho).

cambiar las creencias

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10 comentarios en “Cambiar nuestras creencias es posible… si quieres”

  1. Una entrada inspiradora. Nuestros orígenes, nuestra infancia, nuestras experiencias nos limitan y nos hacen sentir que no somos capaces, que lo que deseamos son sólo sueños y que es mejor quedarse en zona segura, en lo conocido. Cambiar da miedo pero no atreverse nos lleva a la frustración. Y en ello estoy, en atreverme. Y una de las cosas a las que he decidido enfrentarme y hacer por fin, aunque a la mayoría os parezca una tontería, es sacarme el permiso de conducir. Y ahora estoy con las prácticas. Hay días en que llego a casa angustiada, desanimada, sintiéndome torpe e incapaz y con ganas de tirar la toalla. Pero sé que no debo hacerlo o el miedo y el «no soy capaz» habrán vencido. Lo siento por mi profesor 🙂

    1. Hola Carmen! Gracias por compartir tu experiencia, muy enriquecedora y que nos ofrece luz sobre lo que nos ocurre con los miedos, al final parece que ellos vayan a vencer, porque nos desanimamos. Pero tú, yo, todos nosotros, somos mucho más de lo que nuestros miedos nos quieren hacer creer, podemos brillar más. Escucha a tus miedos Carmen, pero no les hagas caso la mitad de las veces, brilla. The world is your oyster Carmen.

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